La poesía quiere cambiar el mundo (y lo está consiguiendo)

SANDRA V.M

Calle Ruiz, número 7. Domingo, 15 de noviembre. Aleatorio: bar contracultura.

La poesía, decía Gabriel Celaya, es un arma cargada de futuro. Hace unos días, la cuenta de Twitter del Aleatorio anunciaba que el domingo 15 de noviembre interrumpiría su programación habitual para realizar un día de apoyo a los refugiados en colaboración con ACNUR. La nueva programación estaba dividida en dos bloques, a las seis de la tarde se comenzaría con actividades dedicadas a los más pequeños: cuentacuentos y animaciones; a las ocho sería el turno de los adultos, con un microteatro de María Nieto Ortega y una JAM de poesía coordinada por Carlos Salem y Escandar Algeet. Si ya había gente que quería acercarse para colaborar con ACNUR y participar en la JAM desde que se enteraron hace unos días, con los hechos ocurridos el viernes trece en Francia, mucho más. De hecho, en palabras del propio Escandar “ahora más que nunca nos necesitamos”.

La noche volvió a teñirse de magia en ese pequeño bar de Malasaña. Estaba lleno, como siempre, pero esta vez con un significado diferente, parte de lo recaudado iría directamente a ACNUR para ayudar a los refugiados, además de las donaciones directas de los asistentes. La poesía quería cambiar el mundo y lo estaba consiguiendo.

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El microteatro dejó sin habla, literalmente, a todos los presentes. Varios minutos después de terminar la gente seguía en shock, impresionada, sin saber muy bien qué decir. Y esa era su función, dar un vuelco a las mentes presentes. ¡Vaya si lo consiguieron! Carlos Salem carraspeó un poco, sin saber muy bien cómo dar paso a la JAM de poesía después de esa magistral puesta en escena. Se fue deslizando por todo el bar, copa en mano, apuntando en un pequeño papel a aquellos que tenían algo que decir y la valentía suficiente para contarlo.

En la JAM había sitio para todos. Poetas de talla grande como Marcus Versus, Carlos Salem o Escandar Algeet leyeron algunos de sus poemas relacionados con la finalidad de la velada: la concienciación social. En realidad, como se encargó de explicar el moderador Carlos Salem, no era una JAM al uso, es decir, en una JAM normal (como las que se celebran todos los miércoles en el Aleatorio) se pueden leer hasta un máximo de tres poemas por persona siempre propios, en esta se podían leer poemas de cualquier autor siempre y cuando se citara la autoría. Y así pasó, los grandes se hicieron con la noche. En boca de Salem apareció Benedetti (no resucitó, ya que la poesía y los poetas nunca mueren), en la de algunos de los participantes figuras tan imponentes como la de Rafael de León.

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Pero en las JAMS no solo hay sitio para los consagrados. Las JAMS son la forma de conocer a los poetas, de verles recitar, de oír sus pensamientos, de descubrirlos. Los nuevos poetas nacen aquí. Carlos Salem fue presentando uno por uno a todos aquellos que se habían apuntado para ponerse detrás del micrófono y delante de un público ávido de versos. Y aquellos poetas jóvenes, sin renombre, pero con mucho (muchísimo) que contar, fueron desfilando y abriéndose en canal.

Uno solo puede salir del Aleatorio admirando todo lo que ha vivido en esa noche. Mentes jóvenes, algunas incluso no han pasado la mayoría de edad, abren la boca ante un público dispuesto a interiorizarlos, dispuesto a vivir a través de ellos. ¿A alguien todavía le queda alguna duda de que la poesía pueda cambiar el mundo? Es una pregunta retórica, por supuesto.

EN: Las Cinco Artes.

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